Greta Thunberg, la joven de 16 años que viajó recientemente en barco desde su casa en Suecia hasta Nueva York, en lugar coger un avión, para asistir a la Cumbre de Acción Climática de las Naciones Unidas, es la cara actual de ‘flygskam’ o ‘vergüenza de volar’, un movimiento en crecimiento en Europa y Norteamérica que tiene como objetivo reducir los viajes aéreos, a fin de disminuir el impacto en el medio ambiente. Siguiendo algunas sugerencias, este rubor se puede controlar.
A nivel mundial, los vuelos produjeron 895 millones de toneladas de CO2 en 2018, mientras que los humanos emiten más de 42.000 millones de toneladas, según el Grupo de Acción de Transporte Aéreo. En general, la industria de la aviación es responsable del 2 % de las emisiones, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Por su parte, España ocupa el segundo lugar en Europa y el quinto en el mundo en cuanto a cantidad de emisiones producidas a través de los viajes aéreos, con un total de 20,7 millones de toneladas de dióxido de carbono, con un aumento del 21% con respecto a 2017. A nivel mundial se encuentra justo detrás de Gran Bretaña e India.
Estas emisiones tienen un gran impacto en el medio ambiente. Con el paulatino crecimiento del tráfico aéreo, el daño va siendo mayor. Estos son algunos consejos para reducir la huella de carbono y, al mismo tiempo, aprovechar al máximo los viajes: Sigue leyendo