Los viajeros de negocios se quejan de la soledad, del jet lag, de las agendas de trabajo interminables… Sin embargo, muchos de ellos ven en sus desplazamientos una ventaja, porque les ofrecen la oportunidad de conocer nuevos destinos y culturas. El bleisure y el blurring, dos maneras de mezclar el trabajo y la vida privada, ganan cada vez más adeptos.
Según los últimos estudios realizados, compatibilizar business y leisure, es decir, negocio y ocio, es una práctica más habitual de lo que se esperaba, sobre todo entre las nuevas generaciones, con menos compromisos familiares. Los viajeros frecuentes de esta tipología suelen aprovechar sus desplazamientos para prolongar la estancia y hacer turismo, solos o en compañía de familiares o amigos que se incorporan en la extensión. En algunos casos obtienen facilidades y descuentos por parte de los proveedores, sobre todo de los hoteles. Sigue leyendo